ANNA PLAYLIST

lunes, 26 de noviembre de 2012

Cap. 26 Planes


Aro volvió a solicitar mi presencia al día siguiente. Akamu me acompañó intentando tranquilizarme y repitiéndome una y otra vez, al igual que había estado haciendo Jasper durante toda la noche, que todo iba a salir bien. Yo no lo tenía tan claro. No sabía cómo funcionaba exactamente el don de Aro, si lo veía todo con el más leve contacto o si necesitaba algo más de tiempo para poder adentrarse en cada recuerdo y pensamiento. Si la opción correcta era la primera, todo se vendría abajo y Marco podría acabar peor que mal.
Cuando llegamos frente a la puerta temblaba como un flan. Akamu acarició mi mejilla y entró para anunciar mi llegada. Salió pocos segundos después evitando mi mirada e invitándome a entrar mientras cerraba la puerta quedándose fuera. Aro me sonrió ampliamente desde su asiento. Chelsea se encontraba en el mismo lugar del día anterior. Parecía como si no se hubiese movido aún de ahí.
Hola de nuevo, mi querida pequeña. ¿Has pasado una noche apacible? -asentí con los ojos fijos en los suyos y haciendo un amago de sonrisa cómplice. Debía de comportarme como si siguiese pensando que sólo él me hablaba con sinceridad. El Vulturi se levantó y yo centré todos y cada uno de mis pensamientos en la imagen del chico asesinado por si se decidía a poner un dedo sobre mí- Me alegra saberlo. Es bueno que estés descansada, nos espera una conversación... digamos complicada.
Estoy lista para hablar de lo que sea -contesté con la mayor tranquilidad.
Caminó hacia mi posición y colocó su mano sobre mi hombro. Me estremecí. Ahora era el momento de comprobar si mi plan funcionaría o no. Por suerte, Aro apartó la mano rápidamente y parpadeó varias veces. Me dio la espalda.
No dejes que el presente se confunda con tus recuerdos, querida -murmuró-. Y menos cuando sabes que la mayoría de esos recuerdos no son fieles a la realidad.
Sutilmente lanzó una breve mirada a Chelsea. No se si fue sugestión, pero lo sentí realmente. Enseguida comencé a notar cómo su don se apoderaba de mí. Otra vez la sensación de ira y desprecio contra todos aquellos a quienes amaba... Contra casi todos... Esta vez era más fuerte aun. Pensé en Cedric y en si iba a costarle mucho deshacerse del efecto esta vez, pero desheché ese pensamiento rápidamente, pues Aro volvió a acercarse a mi lado. Luché por que la cara contraída del joven volviese a ocupar cada rincón de mi mente cuando la mano acerada del vampiro se posó en mi mejilla, una vez más, durante un segundo escaso. Suspiró y se encaminó de nuevo hacia su asiento, sentándose y observándome con detenimiento.
Bien, como te dije, aún tenemos cosas de las que hablar. Después de abrirte los ojos en cuanto a esos amigos llicántropos vuestros, o espero haberlo hecho -asentí sin dejar de mirarle-... Bien, bien. Hoy debemos afrontar un nuevo tema. Verás, pequeña, tu madre, hermosa, inteligente y con un don de lo más interesante, lleva poco tiempo formando parte de nuestro mundo, por lo que aún resulta un tanto inexperta en cuanto a nuestras costumbres. Pero no podemos excusarla, pues tu padre y el resto de su familia deberían haberla instruido al menos en aspectos tan básicos como el de mantener nuestra naturaleza en secreto.
Lo sé, lo dijiste ayer y creo que tienes toda la razón. Es una ley y ella la ha quebrantado -mi voz sonó firme y segura-. Así que debe pagar por ello.
Eres ciertamente admirable, querida niña. Me sorprende tu entereza y tu interés por la justicia. Venir a formar parte de mi... clan ha sido una decisión de la que no te arrepentirás. -sonreí con fingido orgullo-. Y ahora sigamos con lo que es importante. Verás anoche me reuní con mis hermanos y hemos tomado una decisión con respecto a todo este asunto. Se supone que aún es un secreto, pero creo que a tí puedo confiártelo -me sonrió complacido y se levantó majestuosamente-. Dentro de dos días nos reuniremos en Forks con tu familia -me estremecí, pero mi semblante continuó impasible-. Ha llegado la hora de dejarles las cosas claras. Llevamos años... siglos intentando que entren en razón. Ésta será su última oportunidad. Por supuesto iremos con nuestras mejores intenciones, pero imagino que algunas de nuestras decisiones no serán del todo comprensibles para ellos, por lo que es probable que tengas que ayudarnos a hacerles entrar en razón.
Estoy a vuestra entera disposición -me oí decir-. Cualquier cosa que me pidáis la haré si es por el bien de vuestra especie.
Querrás decir nuestra especie. Pues no eres tan diferente a nosotros. Será un honor tenerte entre los míos, pequeña Renesmee. Viendo que estás tan de acuerdo con nuestros planes, te relataré detalladamente lo que nos dispondremos a hacer.
<<Mis hermanos, yo y el resto de mi guardia saldremos de aquí a primera hora del día. Jasper nos acompañará. Llegaremos a Forks para encontrarnos con tu familia a eso del mediodía. El punto de encuentro será el de siempre. Tú, en cambio, harás el viaje en avión acompañada por Akamu. No sé si estás capacitada para viajar a nuestro modo durante un recorrido tan largo -asentí una vez más. Sentía la necesidad de obedecerle, como si sus palabras fuesen la más sagrada de las verdades-. Una vez en Forks, Akamu y tú permaneceréis a la espera de mi señal para venir a nuestro encuentro.
<<Tú misión es, simplemente, convencer a tu familia de que ha obrado mal y que debe asumir las consecuencias de sus actos. Eso y... prevenirles de que usar cualquiera de sus dones puede acarrear consecuencias aún peores.
¿Consecuencias? Aro, ellos sentirán la necesidad de defenderse. Será muy complicado, casi imposible, evitar que usen sus dones.
Por eso nadie como tú para hacerles entrar en razón -asentí con sumisión una vez más-. ¿Tienes alguna pregunta que hacerme? ¿Algo que necesites saber o algo que creas necesario hacerme saber?
No, yo solo... Bueno, es probable que, como la decisión está tomada, Alice ya les haya puesto al corriente de todo. Carlisle volverá a reunir a todos sus conocidos, como ya hizo la vez anterior...
¿Y cual es el problema, mi querida niña?
Que creo que vosotros también deberíais de buscar aliados. Si acudís sólo con vuestra guardia, os superarán en número. Sus dones son impresionantes y en caso de... enfrentamiento -volví a estremecerme-... Me temo que no tendríais nada que hacer contra ellos.
No temas, querida. Evitaremos por todos los medios llegar a esos extremos tan desagradables. Pero en cuanto a los dones... Me gustaría, si puede ser posible, que me contases qué tipo de dones poseen los acompañantes de mis amigos los Cullen.
Sorprendente, me vi relatándole con todo lujo de detalles los poderes de todos y cada uno de los vampiros con los que iban a volver a encontrarse. Previniéndole de lo que podría pasar si tenían que enfrentarse contra un número tan elevado de seres dotados con tan extraordinarias capacidades.
Por eso precisamente os aviso de que deberíais de buscar más apoyos.
No sabes cuánto agradezco tu ayuda. Prometo pensármelo pero, como ya te he dicho, espero no tener que llegar tan lejos. Y ahora, si no tienes nada más que añadir, puedes retirarte y descansar. La próxima vez que nos veamos las caras, será en tu pueblecito natal. Espero me seas de gran ayuda.
Incliné la cabeza y él hizo un ademán con el brazo mientras volvía a sentarse. Pero antes de que su espalda hubiese tocado el respaldo, yo ya me encontraba fuera de allí.
En mi habitación me esperaban con impaciencia. Como era de esperar, el don de Chelsea me hizo desconfiar de ellos y negarme a contarles nada. Me debatía entre el terror que sentía por lo que podría llegar a ocurrir y la necesidad recién adquirida de serle leal a Aro. Cedric se acercó a mí y me tendió sus manos con una tímida sonrisa.
Jasper, si quieres, puedes salir fuera -comentó Marco-. Me temo que hoy va a ser aún más duro para tí que ayer. Chelsea ha hecho un trabajo impecable. Apenas percibo sus anteriores lazos emocionales... A excepción de uno, por supuesto.
¿Te importa si me voy?
Puedes hacer lo que te de la gana -contesté fríamente-.
De acuerdo, Avisadme cuando hayáis terminado.
Salió sin dejar de mirarme y cerró. Cedric avanzó un poco más hacia mí sin bajar las manos. Le di la espalda y me dispuse a salir al balcón, pero Marco me detuvo.
No ganas nada huyendo, Renesmee. Sabes que lo que sientes no es real, así que dale las manos a Cedric y deshazte de esos sentimientos que no te pertenecen.
Fruncí el ceño, pero obedecí. Y de nuevo volví a sentir el calor, el dolor de cabeza y la montaña rusa de sentimientos que me dejó exhausta y aturdida, pero con la agradable sensación de saber que era yo y sólo yo quien manejaba mis sentimientos.
Gracias Cedric -le dije cuando éste me ayudó a sentarme en la cama-. Espero no tener que volver a pasar por ésto nunca más.
No tienes por qué agradecerme nada. Siempre es un placer ayudar a los amigos.
Intercambiamos sendas sonrisas. Jamás pensé que pudiese encontrarme con gente tan pura en un lugar como Volterra.
¿Y bien? -preguntó Jasper nada más entrar-. ¿Funcionó? ¿Pudiste evitar que...?
Creo que sí. Imagino que de haber notado algo se le habría reflejado en su forma de actuar. Y no he notado nada en absoluto. Intentó acercarse a mí dos veces y nunca mantuvo contacto conmigo más de medio segundo.
Les conté todo lo que habíamos estado hablando. Ahora que mis sentimientos volvían a ser cosa mía, el hecho de saber el peligro que corría mi familia me aterraba hasta tal punto que me impedía pensar y hablar con claridad.
Siento no haber dicho nada antes -se disculpó Marco-. Pero no quería meterte más cosas en la cabeza. Tenías que estar centrada en evitar que te leyese la mente y saber eso sólo te habría complicado aún más las cosas. De todos modos, sabía que Aro te lo acabaría contando todo. Al fin y al cabo, eres la pieza fundamental de su plan.
¿Hay alguna forma posible de que Aro me permita viajar con ella? No quiero separarme de su lado.
Lo siento mucho Jasper, pero me temo que no. Aro tiene muy clara su táctica. Aunque sospecho que no nos lo explicó todo con claridad. Apuesto que guarda uno de sus sucios trucos en la manga. Tenía la esperanza de que confiase lo suficiente en Renesmee como para contárselo todo, pero me equivoqué.
Cuidaré de ella -Akamu se acercó a él, que no dejaba de mirarme-. No le pasará nada. Te lo prometo.
Akamu... ¿Tu don no te permite ver qué va a ocurrir? -pregunté con nerviosismo.
Mi don me permite ver el futuro siempre y cuando sea algo que me influya a mí. Al tener que viajar contigo, no sé qué ocurrirá en la otra parte hasta que lleguemos nosotros. Y después de eso, por ahora, no logro ver nada más.
Es extraño -Marco se paseaba pensativo por el cuarto-. ¿Cómo es posible que no veas nada? Estás absolutamente envuelto en ésto. Aunque no veas lo que va a ocurrir mientras no estés con nosotros, deberías saber lo que pasará después, ¿no?
En teoría sí. Supongo que conforme vayamos acercándonos a ese momento, iré viendo más cosas. Pero por ahora, no veo más allá del momento en que nos acerquemos a los límites de Forks. Por cierto, Marco, ¿Crees que es seguro que Cedric viaje con nosotros?
El chico abrió los ojos de forma desmesurada.
Seguro y probablemente necesario. Su don puede venirnos bastante bien en caso de urgencia. Como ya os he dicho, me temo que Aro no nos ha contado la totalidad de sus planes.
Me acerqué a Jasper y le tomé de las manos.
Alice ya debe de estar al tanto de todo. Seguro que ellos también estarán ahora haciendo ahora sus planes. Todo va a salir bien. Como la última vez. El escudo de mi madre es infranqueable para cualquiera de sus dones. Lo único que tengo que hacer es engañar a Aro, hacerle creer que no lo está usando.
Nunca la había sentido tan fuerte y con tanta valentía como aquel día -contestó con una sonrisa melancólica-. Fue sorprendente. Casi puedo decir que ella era quien nos estaba alentando a todos los demás...
Su unión con Edward y Renesmee, así como su gran amistad con el lobo me sorprendieron sobremanera -comentó Marco-. Han sido los lazos más fuertes que jamás me haya encontrado. Habría sido prácticamente imposible romperlos en caso de haber tenido que hacerlo.
Su recuerdo hizo que mis ojos se inundasen en lágrimas. La echaba tanto de menos... Jasper me abrazó con fuerza.
¿Por qué no descansas un rato?
Preferiría, si es posible, salir a cazar y darme una ducha.
Akamu os acompañará. Yo llevaré a Cedric a su escondite e iré a ver si soy capaz de sonsacarle algo más a Aro.
Volvimos a internarnos en el pasadizo subterráneo que conducía hasta la iglesia y una vez que salimos al exterior y percibí el olor de de una pequeña manada de gamos y el latido de sus corazones, perdí el control y me dejé llevar por mis instintos. Acabé con dos de ellos en cuestión de pocos minutos y cuando iba a volver de regreso, me topé con otro que andaba desorientado y no pude evitar cazarlo y hundir mis colmillos en su cálido cuello. El camino de regreso lo hice medio a rastras. Estaba llena hasta los topes. Maldije no poder convertirme en un murciélago y poder salir volando. ¿Es que las cosas realmente necesarias tenían que ser sólo mitos?
De lo que no me privé esa vez fue de darle uso al jacuzzi. Lo conecté y cuando la temperatura estuvo al nivel óptimo, me introduje en él y perdí la noción del tiempo.
Regresé a mi habitación casi dos horas después para encontrarme con que había alguien allí con quien no contaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario