ANNA PLAYLIST

lunes, 26 de noviembre de 2012

Cap. 27 Flor De Luna


La diminuta mujer me observó con una mezcla de terror y compasión en sus ojos. Marco sujetaba sus manos y le hablaba con voz trémula.
¿Qué hace ella aquí? -pregunté al borde del colapso.
No te preocupes, Renesmee -trató de tranquilizarme Akamu-. Renata es de fiar.
Bufé con incredulidad y miré a Japer, quien me pidió calma con la mirada y un leve movimiento de cabeza. No me lo podía creer.
¿De fiar? Si no me falla la memoria, y dudo mucho que así sea, Renata es algo así como la guardaespaldas personal de Aro. Según tengo entendido, su don es muy parecido al de mi madre, bastante peor, por supuesto -añadí con mofa.
Sí -contestó ella-. A diferencia de Bella, yo sólo puedo escudar a aquellos que se encuentren cerca de mí.
¿Qué hace ella aquí? -insistí de nuevo a la vez que la ignoraba.
Renata ha venido a ayudarnos. Ella conoce de primera mano las verdaderas intenciones de Aro.
¿Y no se os ha ocurrido pensar que podía tratarse de un engaño? ¿Y si es Aro quien la envía para destapar nuestras intenciones?
Marco soltó las manos de la vampira y se acercó a mí.
Cedric se ha encargado de eliminar el influjo de Chelsea de ella, al igual que hizo contigo. Podemos confiar en ella, créeme.
¿También le has mostrado a Cedric? -me alarmé-. Esto no me gusta.
Renesmee, no tienes por qué desconfiar de mí. Estoy cansada de servir a Aro. Estoy harta de verle cometer injusticias. Aro se merece un poco de su propia medicina, ¿no crees?
En lugar de contestarle, le di la espalda y me dirigí a mi cama con la esperanza de que la reunión de esa noche no se alargase demasiado. Necesitaba dormir y sacar de mi cabeza todo tipo de preocupación, aunque sólo fuese durante unas horas.
Me llevaré a Renata antes de que su ausencia llame demasiado la atención e iré a ver a Cedric -anunció Marco-. Descansa, Renesmee. Mañana será un día complicado.
¿Mañana? -me reí con sarcasmo-. Nada complicado si lo comparamos con lo que nos esperas al día siguiente -Akamu carraspeó e hizo un extraño gesto hacia Jasper, quién se rascó la sien con manifiesta incomodidad-. ¿Qué está pasando aquí? Sin rodeos.
Renesmee, verás...
Jazz, sin rodeos he dicho.
Está bien verás... Esto... Aro ha adelantado sus planes para mañana.
¿¿Qué ha hecho qué??
Siéntate -se pegó a mi costado y me ayudó a sentarme al borde de la cama. Yo estaba hiperventilando-. En parte es mejor. Así terminaremos con todo ésto más rápidamente.
No estamos preparados -gemí.
Sí que lo estamos. Marco nos ha estado dando instrucciones.
¿Qué tipo de instrucciones?
No te preocupes por eso. Tú sólo debes limitarte a permanecer junto a Akamu y hacer todo cuanto él te diga, ¿entendido?
Tengo miedo Jazz -hundí mi cara en su cuello y rompí a llorar.
Tranquila, pequeña. Como tú misma me dijiste, todo va a salir bien.
Se me revolvió el estómago a la vez que un incómodo pensamiento se me introducía en la cabeza.
¿Y si todos están enfadados conmigo? ¿Y si no quieren que regrese?
¿Cómo puedes pensar eso? Ness, deben estar deseando verte.
No creo que todos lo estén deseando.
Su rostro se dibujó en mi mente con total nitidez. Seguro que debía de odiarme por haberme unido a los Vulturis. Ahora era, más que nunca, su enemiga natural. En caso de estar dispuesto a ayudar a mi familia, estaba segura de que no dudaría en acabar conmigo si eso fuera necesario, lo cual me dolía sobremanera.
Ness, Jacob tiene tantas ganas de verte como los demás -solté un bufido por respuesta-. Escúchame, hay cosas que aún no sabes y que debería de haberte contado.
¿Cosas? ¿Qué cosas?
Verás, Jacob...
El corazón saltó en el interior de mi pecho y la respiración se me cortó. Sujeté la mano de Jasper con fuerza mientras intentaba en vano escupir las cientos de preguntas que me rasgaban la garganta. ¿Le había pasado algo? ¿Estaba bien? Recé porque no hubiese cometido ninguna locura tras dejarme...
Tranquila, está bien. Es sólo que... Ness, Jacob nunca quiso hacerte daño -exhalé todo el aire de golpe y me crucé de brazos con el ceño fruncido. No tenía ganas de oir cómo defendía lo que había hecho... Jacob me había roto el corazón sin darme una explicación y eso no tenía defensa posible-. Escúchame, ¿sí? Él ni siquiera quería dejarte.
¿Entonces por qué lo hizo? -estallé-. Todo estaba perfectamente. ¿Qué le hice? ¿Qué maldito error cometí?
Tranquilízate -su don me atenazó los músculos y el enfado se esfumó tan deprisa como había aparecido. Era verdaderamente como estar anestesiada-. Si Jacob te dejó fue porque... Tu padre le pidió que lo hiciese.
Imagino que fue él quién me impidió estallar en mil pedazos. Aunque me sentía hecha una furia, no podía expresarlo. En lugar de ello, seguía como atontada, como si no pudiese asimilar lo que acababa de oir. ¿Mi padre...? No. Eso era imposible. Debía de ser un error. Inspiré profundamente y fijé mis ojos en los de mi tío hasta que él hizo lo mismo.
A ver, explícamelo todo desde el principio antes de que saque mis propias conclusiones. Y te aviso de que estoy a un segundo de hacerlo.
Está bien. Mira, todo empezó con una de las visiones de Alice. Digamos que ella vio como los Vulturis se decidían a atacarnos usando como excusa nuestra unión con los lobos, tal y como ha ocurrido... O está a punto de ocurrir. -asentí algo aturdida-. Así que, para evitar que fuese a mayores, tu padre habló con Jacob y le pidió que tratase de alejarte de él por un tiempo, hasta que la amenaza se hubiese evaporado. Obviamente el se negó encarecidamente, pero después de barajar múltiples opciones y no encontrar ninguna solución, decidió obedecer a tu padre.
¿Por qué no me dijisteis nada a mí? ¿Por qué no estaba avisada? -pregunté desesperada-. No habría cometido la estupidez de venir aquí de haber sabido que todo era una farsa.
Pero Aro se habría dado cuenta. Sin embargo, así ha sido más sencillo. El verte y descubrirte absolutamente desolada, ha servido para que se crea que no hay nada ya que una a nuestra familia con la manada.
¡Pero van a ir de todos modos, Jazz! ¿De qué ha servido entonces?
El silencio me dio a entender que había dado en el clavo. Había dicho lo que nadie se atrevía a decir. Todo este asunto de ocultarme todas y cada una de las decisiones que se tomaban a mi alrededor no había servido absolutamente para nada. Bueno sí, serviría para empeorarlo todo.
Ni siquiera sabía cómo sentirme en ese momento porque una nueva sensación había entrado a formar parte de la inmensa nube de emociones que ya me embargaban: tristeza, terror, aturdimiento, confusión... Y ahora alegría. Una alegría inmensa de saber que Jacob aún me quería. Que nada había cambiado entre nosotros y que, lo único que podía sentir en ese momento hacia mí era miedo... Como mucho decepción. Pero no odio. Jacob me seguía queriendo... Aunque eso no sirviese para nada ahora que todos corríamos tan grave peligro. Akamu se acercó a mi lado y me acarició el pelo.
¿Por qué no duermes un rato?
¿Cómo quieres que me duerme cuando es probable que toda nuestra familia...?
Vuestra familia va a estar perfectamente. Ellos sabrán lo que deben hacer. Además, os tienen a Jasper y tí aquí. Vosotros podéis ayudarles mejor que nadie... Principalmente tú. Aro confía en tí.
¿Pero y si...?
No hay peros... Descansa, ¿vale?
Me giré hacia mi tío y rodeé su cintura con mis brazos, pegando mi cara a su pecho.
Jasper, no quiero separarme de tí...
Nos veremos en cuanto llegues, te lo prometo. Ahora descansa.
Eres una jovencita muy fuerte, Renesmee. Sabrás afrontar esta situación con valentía...¿Puedo contarte algo? -Akamu se acercó a mi lado mientras me recostaba. Asentí-. Verás, en mi tribu, nos asignaban nombres según nuestro aspecto cuando nacíamos. Mi hermano y yo adoptamos los nombres de Adamu y Akamu, que significan "tierra roja" debido al color rojizo que tenía nuestra piel al nacer. Desde siempre, he tenido por costumbre imaginar qué nombres tendrían las personas que conozco si perteneciesen a mi tribu.
¿Y qué nombre me pondrías a mí? -pregunté con curiosidad.
A tí te llamaría Flor de Luna, pues a pesar de tu apariencia frágil, como la de una flor, llevas en tu esencia la fortaleza y la eternidad características de la luna. Incluso su brillo.
Flor de Luna... -repetí para mí misma-. Me gusta.
Tenemos una leyenda con la que probablemente podrías sentirte identificada. Se llama "La leyenda de la Luna y el Lobo" I ... ¿Te gustaría oirla? -asentí con el corazón encogido y la cabeza repentinamente inundada de recuerdos suyos -. Pues bien. Cuenta la leyenda que, en un tiempo sin tiempo, la Luna era siempre redonda y lejana, atada detrás del cielo y colgada de la nada entre vacíos. Miraba el mundo a sus pies coronada de plata y olvido. Y estaba bien mirando en la distancia. Pero una noche, distraída, se acercó demasiado a la Tierra y se le enredaron los dedos en las ramas de un árbol. Cayó de pie sobre la hierba y, de repente, le salió al paso una sombra oscura: pelo crespo y una sonrisa lobuna.
<<Cabriolas de luz de Luna enmarañadas de Lobo jugando entre arbustos y colinas. Aullidos y risas y rumor de estrellas entre las hojas.
<<Pero todo lo que empieza, acaba, y el Lobo volvió al bosque y la Luna al cielo.
<<Cuenta la leyenda que antes de separarse, la Luna le robó al Lobo su sombra para vestirse de noche el rostro y recordar el aroma del bosque. Y que, desde entonces, el Lobo le aúlla a la Luna llena pidiéndole que le devuelva su sombra.


Aquella noche me dormí pensando en la leyenda y con la absoluta certeza de que aparecería un lobo en mis sueños.
Pero na1da más lejos de la realidad pues, después de mucho tiempo, mis sueños volvieron a ser protagonizados por seres con capuchas negras .














I. La leyenda de "El Lobo y la Luna" no me pertenece. Desconozco a su verdadero autor. (N. Del A.)

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